28 de marzo de 2016

ACTUACIONES ANTE EL MALTRATO INFANTIL

ACTUACIONES ANTE EL MALTRATO INFANTIL

Una vez analizada la realidad y el entorno del menor y su familia, se determinaran las actuaciones que es necesario emprender para atender adecuadamente sus requerimientos. Para ello se diseñará y ejecutará un plan de intervención que se adapte a las necesidades del menor y su familia, tratando la problemática observada a fin de prevenir situaciones futuras.

Como primera opción se intenta conseguir que el cambio se produzca dentro del entorno del menor; antes de separar al menor de su familia. De todas maneras cualquier actuación ha de cumplir los siguientes requisitos:

  • Partir del interés prioritario del menor.
  • Considerarle como una persona en su totalidad en la que intervienen circunstancias individuales, familiares y sociales. La intervención tendrá lugar sobre el conjunto de elementos.
  • La intervención se efectuará de manera coordinada por un equipo de profesionales con formación y conocimiento específicos en temas relacionados con la infancia y la familia.


ACTUACIONES QUE SE LLEVAN A CABO MANTENIENDO AL MENOR EN SU NÚCLEO FAMILIAR

Mantener al menor en el entorno familiar, pero manteniendo un cierto control e intervención con la familia. También será aconsejable establecer colaboraciones con el centro educativo del menor en materia de prevención y detección de nuevos factores de riesgo.

Cada CCAA, dispondrá de sus recursos e itinerarios de intervención, los más habituales son:
  • Programas de prevención.
  • La existencia de una red de recursos sociales.
  • La atención en la propia familia a través de los planes de mejora.


Programas de prevención

Los programas de intervención familiar tienen como objetivo la intervención en familias en situación de riesgo, en las que se ha detectado que en el entorno familiar o social del pequeño existen carencias que dificultan su bienestar y desarrollo integral, y que se pueden ver abocados a situaciones más graves.

Estos programas están especializados en las diferentes áreas: psicología, educativa, social y jurídica.  Generalmente se llevan a cabo desde los ayuntamientos y ofrecen la atención necesaria a familias en situaciones especiales o que nacen a raíz de nuevas dinámicas familiares: familias reconstruidas, divorciadas, monoparentales, problemáticas, etc. Programas:

  • Atención especializada a familias. Se dirigen a aquellas familias que se encuentran en una situación de dificultad concreta y que requieren de apoyo y orientación en el plano psicológico, educativo, social o lúdico.
  • Apoyo a familias monoparentales. Dirigidas a familias de un solo progenitor o tutor (madre, padre, abuela…) con hijos menores, con el objetivo de apoyarles para poder superar las dificultades sociales en las que puedan hallarse y cumplir correctamente con sus funciones parentales.
  • Mediación familiar. Dirigido a las parejas en situación de ruptura cuya finalidad es facilitar un punto de encuentro en el que consigan acuerdos de la manera menos conflictiva posible y que puedan ocuparse de los hij@s aunque no exista la convivencia conyugal.
  • Orientación e intervención familiar. Su objetivo es atender los problemas relacionados con los procesos de conflictividad familiar a través de un servicio de apoyo y atención psicológica, en especial si se afrontan situaciones en las que hay riesgo de desestructuración familiar o separación o divorcio que conlleven un fuerte coste emocional.
  • Puntos de encuentro familiar. Son espacios neutrales que facilitan el encuentro del menor con el progenitor que no tenga la custodia o con otros miembros de la familia, garantizando el derecho de relación del pequeño con ambos padres, de manera segura, facilitando el cumplimiento del régimen de visitas que pueda haber establecido.


Atención en la propia familia. El plan de mejora

La atención en la propia familia puede revestir diversa modalidades en función de la gravedad del maltrato, del peligro de reincidencia y de las consecuencias que afrontaran los pequeños. La opción prioritaria parte de que los padres conserven la tutela y la guarda del menor aunque si no se obtienen los resultados esperados, la tutela puede pasar a asumirla la Administración, y los padres conservar solo la guarda. Estas medidas van acompañadas de apoyo psicosocial, personal o económico a la familia para que pueda resolver su situación.

Ante estos casos se suele diseñar un plan de mejora, que han de firmar los padres. En una primera entrevista se expondrán aquellos recursos con que cuenta la familia y los que están dispuestos a aportar y, en base a ellos, se evaluará la posibilidad de mejora y se trazará el proceso de ayuda. En base a este acuerdo, un equipo de profesionales especializados efectuará un seguimiento exhaustivo de su cumplimiento y de la evolución del menor.

Los planes de mejora, son documentos contractuales en los que se pondrán de manifiesto todos los objetivos que deben lograrse en relación con el asunto que se esté tratando. Así pasada la periodicidad que se establezca para alcanzarlos, será más fácil objetivar lo que se pidió y se acordó con la familia. Estos planes contemplan:
  • A nivel individual: la higiene, los hábitos, la salud, etc.
  • nivel familiar: las relaciones de amistad, las buenas relaciones familiares, etc
  • nivel social: la participación en las actividades del barrio, la colaboración con los servicios, etc

En estos documentos se recogen todas las intervenciones que se deben realizar en el sistema familiar. En ellos se ven involucrados directa o indirectamente los profesionales de todos los servicios que intervienen en el plan, evaluando los progresos del usuario, cada uno en la disciplina que le concierne.

En el diseño del plan hace hincapié en los hándicaps y disfuncionalidades. También se suele establecer una periodicidad para ir evaluando los avances; siempre que se demuestre su utilidad, estas evaluaciones se prorrogan las veces que sea necesario.

En los puntos finales de estos planes se cita una medida más restrictiva, amparándose en la ley, para ser adoptada si no se producen avances en ningún sentido. (ej, pérdida de la tutela).

La reintegración del menor a su núcleo familiar requerirá la condición de que la familia acepte la intervención y sea consciente de que ésta ha de suponer un cambio en la dinámica familiar, aunque si la familia no está conforme o no lo desea hacer el profesional no podrá obligarla a realizar dicho cambio. Es más, son muchas las ocasiones en que existe un manifiesto rechazo hacia ellas. Si éste es el caso, el profesional deberá intentar, a través de sucesivas entrevistas, canalizar las aspiraciones de la familia y hacerla reflexionar sobre las consecuencias beneficiosas q comportará la intervención.


ACTUACIONES SEPARANDO AL MENOR DE SU NÚCLEO FAMILIAR

Sí la gravedad del caso lo requiere se producirá la separación del menor de su entorno familiar de manera permanente o temporal hasta que el menor pueda reintegrarse con su familia, algunas de estas modalidades son las siguientes:
  • Atención familiar simple en familia extensa, se confía la guarda del menor, de forma temporal, a un familiar que no sean los padres.
  • Acogimiento familiar simple o indefinido, el menor pasa a convivir, por un periodo variable, con una familia preparada para ello, que lo aceptan como uno más, teniendo muy presente su realidad familiar y personal.
  • Acogimiento preadoptivo, cuando los padres biológicos quedan imposibilitados para poder ejercer la potestad de forma permanente, es la medida previa para la adopción.
  • Atención en un centro de acogida o residencia, el menor pasa a residir en una institución con otros menores en situación semejante. En estos centros se les atienden de forma integral, cuidando de su salud física o psíquica y velando por su desarrollo personal a través del diseño del proyecto educativo individual.




No hay comentarios:

Publicar un comentario