SUMMERHILL
Durante 50 años, A.S. Neill dirigió en las cercanías de Londres la famosa escuela de Summerhill, que ha tratado de dar un paso hacia la verdadera educación progresista: la autorregulación de los niños. A tal propósito, el sistema seguido por el autor es un punto de vista radical y las exposiciones que hace en este extraordinario libro son el resultado de sus experiencias.
Summerhill en sus inicios era una escuela de experimentación, hoy en día es de demostración. el lema de esta institución es "Hacer que la escuela se acomode al niño".
Neill enseñó durante años en escuelas comunes, por ello sabía que ese método no funcionaba, lo que le llevó a pensar en una alternativa.
El éxito de Summerhill se debe a que los niños siente que son tratados por igual, con respeto.
En Summerhill no es obligatorio asistir a clase por lo que el alumnado no tiene horarios; los niños pueden estar todo el día jugando, ya que la instrucción no es tan importante como la personalidad y el carácter.
Además en Summerhill no se dan premios ni calificaciones en las materias del plan escolar de estudios, ya que las cosas hay que hacerlas sin esperar nada a cambio. Las clases giran alrededor de los intereses de los niños.
En Summerhill se trata a todos los niños como seres iguales al adulto, por ello todos tienen conciencia de ser queridos.
En las asambleas el voto del niño tiene el mismo valor que el del adulto. Las reglas y todo lo relacionado con la vida social o grupal, incluidos los castigos, se deciden por votación en las asambleas generales realizadas los sábados.
Al principio de curso se designa al presidente para la asamblea, éste será el que designará, al acabar la asamblea, al presidente de la próxima y así sucesivamente.
En Summerhill cada individuo es libre de hacer lo que quiera mientras no invada la libertad de otros. Además cada niño debe tener un rincón donde poder hacer lo que desee.
La felicidad y el bienestar de los niños dependen del amor y la aprobación que les damos. El niño debe sentir que se le ama y aprueba, ya que necesitan aprobación y libertad para ser naturalmente buenos. La verdadera autodisciplina no implica represión ni aceptación; tiene en cuenta los derechos y la felicidad de los demás.
La buena salud en Summerhill se debe a la libertad, a la buena alimentación y al aire libre. Los niños sanos y libres no tienen miedo al futuro, lo esperan con alegría.
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