25 de diciembre de 2015

FORMAS DE CONTAR UN CUENTO

FORMAS DE CONTAR UN CUENTO


Hay dos formas de contar un cuento: leyéndolo y narrándolo. Los niños escuchan más atentamente un cuento narrado que uno leído.

En el cuento leído el narrador es un simple transmisor, mientras que en el narrado es un emisor, con lo que adquiere un papel protagonista que permite una comunicación más directa con el receptor. 


A pesar de ello, la fórmula del cuento leído aporta elementos positivos.


EL CUENTO LEÍDO

Se considera la fase previa de la lectura autónoma por parte del niño/a. En ella el adulto hace de intermediario entre el libro y el niño/a. Esta labor es delegada, con frecuencia, a fuentes impersonales como un CD o los altavoces de un ordenador. La voz y la proximidad de la persona adulta son insustituibles porque le produce un clímax íntimo y afectivo.

La lectura del cuento permite que la niña/o se vaya familiarizando con el libro y vaya descubriendo cuántos buenos ratos puede brindarle. El cuento escrito contribuye a ampliar el vocabulario, ya que utiliza un lenguaje más rico y preciso que el cuento oral. Generalmente van acompañados de imágenes que ayudan a la comprensión y disfrute de la historia. La ilustración es fundamental en los primeros años, algunos libros incluso prescinden de palabras, la persona adulta se inventa la historia a partir de las imágenes.

EL CUENTO NARRADO

La forma preferida niños/as de conocer un cuento e la narración. El contenido del cuento se adapta mejor a la realidad de los pequeños, a sus circunstancias, capacidades y léxico.

El cuento se enriquece con la capacidad del narrador y se crea una atmosfera de relación encantada entre el que narra y el que recibe la narración. La historia se convierte en algo personalizado e irrepetible.

Será necesaria la presencia de algunos elementos y recursos expresivos.


ELECCIÓN DEL CUENTO

A la hora de contar un cuento hay que saber escogerlo en función de:

  • La edad. Es la primera variable a tener en cuenta, y es la más importante.

  • El calendario. No todos los cuentos se pueden narrar en el mismo día; de hecho muchos de ello son específicos de momentos ocasionales: fiestas populares, días señalados, comienzo de las estaciones…

  • Las circunstancias ambientales influyen a la hora de decidir: Un día de lluvia que no se puede salir al patio, Un día de mucha tensión…

  • Las circunstancias accidentales. Si en una salida se descubren hormigas o un campo de espigas, etc.

  • La finalidad educativa concreta, si se quieren trabajar algunos hábitos o valores. A la hora de escoger un cuento, es importante conocer que elementos y recursos se pueden trabajar con cada uno.


EL PAPEL DE LA NARRADORA O EL NARRADOR

La clave para una buena narración radica en la persona que vaya a narrarlo. Para conseguir unos buenos resultados, será necesario que primero lo haya ensayado e interiorizado, lo que le proporcionará confianza y seguridad ante el auditorio y, va a favorecer su interpretación.

La educadora o educador, ha de saber captar el interés y los sentimientos de los niños/as y despertar en ellos hábitos de atención y escucha.

Recursos:

  • Estilo de narración y espontaneidad, que permite un mayor acercamiento con los niños/as

  • El uso de un registro léxico y unas construcciones adecuadas a la edad de los niños/as. El uso de un lenguaje simple y claro favorecerá la comprensión y evitará el cansancio. A medida que vayan creciendo será preciso introducir nuevo vocabulario de forma natural.

  • Capacidad para hacer hincapié en los detalles, descripciones o explicaciones, de manera que el niño/a pueda visualizar las escenas.

  • La modulación de su voz para interpretar distintos personajes.

  • El uso de onomatopeyas, gestos, movimientos, para ayudar a la comprensión de la historia.

  • Hacer participar a los niños/as. Para ello, puede repartir diferentes papeles de los personajes y llamarlos con el nombre de cada uno.


Los nuevos narradores de los cuentos son, el cine, el DVD, la TV, los CD e Internet. Con sus imágenes pueden favorecer la fantasía del niño/a, pero al mismo tiempo limitarla.

Las imágenes de la pantalla llegan desde el exterior, penetran en los sentidos del pequeño, sin requerir de él apenas esfuerzo, con lo que lo convierten en un mero espectador.


No hay comentarios:

Publicar un comentario