PREVENCIÓN DE CONDUCTAS VIOLENTAS
Los padres tienen un papel clave en la prevención de la violencia. El que los niños se conviertan en agresores o victimas en la relación con sus iguales, depende en gran medida de las relaciones familiares y del comportamiento de sus padres.
Factores que inciden en la formación de conductas agresivas:
- Una actitud carente de afecto y de dedicación, durante los primero años, incrementará el riesgo de que el niño o la niña adquieran conductas agresivas.
- Si los padres utilizan habitualmente el castigo físico y el maltrato emocional para afirmar su autoridad, el pequeño los interiorizará como algo natural.
- Una alta permisividad ante conductas agresivas de los pequeños también incide en la interiorización de éstos comportamientos y los favorece. Los padres deben poner los límites entre los que es tolerable y lo que no
- Las discusiones entre la madre y el padre, si están presentes los pequeños, también conducen a la adquisición de modelos erróneos de solución de conflictos.
- Ver la televisión, en función de los programas que vean, también puede contribuir a incrementar el nivel de agresividad.
El cariño y la dedicación de la persona que se encarga de la crianza del menor, unos límites bien definidos sobre las conductas que se permiten y las que no y el uso de métodos educativos correctivos no físicos, contribuyen al desarrollo de niños y niñas independientes y armoniosos.
Es un tema muy indicado para tratar en reuniones de grupo o escuela de padres.
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