3 de enero de 2016

LA FUNCIÓN EDUCATIVA DE LA FAMILIA

LA FUNCIÓN EDUCATIVA DE LA FAMILIA

La familia es la institución a la que pertenece el niño/a y donde se inicia su proceso educativo a través de las experiencias que comparte con los miembros del grupo familiar. Los aspectos más destacables de la familia en su función educativa son:


  • Como grupo primario. Por ser el primer grupo al que el niño/a pertenece y porque ejerce la influencia más decisiva sobre él. La familia es el entorno natural en que los niños residen y construyen su identidad, conviven con otras personas, etc; a partir de ese entorno se conectan con la sociedad.
  • Como trasmisora de valores y normas. La familia influye en el pequeño en la asimilación de valores y normas, que aprende en la convivencia y a través de las actitudes que observa en los miembros de la familia.
  • Como agente socializador. Es el primer espacio donde el ser humano percibe a los demás como individuos y se integra en comunidad. Si su socialización es satisfactoria tendrá más probabilidades de socializar con éxito en otros entornos.
  • Como agente formador. En la familia el pequeño inicia la conquista de su autonomía que le permitirá convertirse en un ser independiente: andar, hablar, vestirse, alimentarse, controlar esfínteres, cuidar su aspecto e higiene, distinguir el bien del mal…
  • Como reducto de seguridad y confianza. Una de las funciones de la familia es facilitar a sus miembros un espacio de seguridad en el cual desarrollar sus potencialidades. En un espacio seguro el menor se comunicará más fácilmente y no tendrá miedo a expresar sus temores, por lo tanto será más fácil prevenir situaciones de riesgo: como el acosa escolar o el abuso sexual.
  • Como modelo de comportamiento. Los padres, madres y hermanos son percibidos por los pequeños son los modelos que tienden a imitar. Con la imitación interiorizan conceptos, normas, reglas y valores. Para que los aprendizajes sean satisfactorios, deberá existir una coherencia entre lo que los padres piensan, dicen y hacen.
  • Como modelo de relación. El afecto o amor promueve la acción educativa familiar puede considerarse como el motor de las relaciones familiares. El afecto no está reñido con la exigencia. Las madres y padres, deberán guiarlos de manera razonada, pero no permisiva, para progresar en estos aprendizajes.




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