CONSEJOS: CÓMO AUMENTAR LA AUTOESTIMA DE TUS HIJOS
Nutrir la autoestima de tu hij@ es una gran responsabilidad, ya que la autoestima juega un papel fundamental en el desarrollo de los niñ@s, puesto que refuerza la confianza que tienen en sí mismos.
“La autoestima proviene de sentir que uno es aceptado, que es capaz, y de saber que nuestras contribuciones son valiosas y valen la pena”, dice Jane Nelsen, terapeuta familiar.
“Los padres saben que la autoestima puede ser un sentimiento fugaz”, dice Nelsen. “A veces nos sentimos bien con nosotros mismos y a veces no. Lo que realmente intentamos enseñar a nuestros hijos son habilidades que les duren toda la vida, como la capacidad de adaptación”, agrega la experta.
Es importante que te asegures que tu hij@ sienta orgullo y respeto por sí mism@ y por sus raíces culturales. Asegúrate que confíe en su capacidad de enfrentarse a los retos de la vida.
A continuación, hay diez sencillos consejos para que te ayudarán a aumentar la autoestima de tu hij@:
1) Dale amor incondicional. La autoestima de un niñ@ florece con la devoción incondicional que transmite el amor. Tu hij@ se sentirá mejor si lo aceptas tal y como es, sin importar cuáles son sus puntos fuertes, sus dificultades, su temperamento o su destreza. Así que dale mucho amor, abrazos y besos. Y no olvides decirle cuánto lo quieres. Cuando tengas que reñirle, aclárale que es su comportamiento y no él lo que es inaceptable. Por ejemplo, en lugar de decirle “¡Eres un niñ@ malo!” o “¿Por qué no puedes ser buen@?”, dile: “No ha estado nada bien que empujaras a Gabriel. Puedes lastimarlo. ¡No empujes!”.
2) Bríndale atención. Resérvate tiempo para estar con tu hij@. Eso le ayudará a reforzar la sensación de que es valios@ e importante para ti. No tiene porqué ser pero, por ejemplo, si tu niñ@ quiere hablar contigo, deja de mirar la correspondencia o apaga el televisor para hablar con él/ella .
Míralo a los ojos para que sepa que realmente le estás escuchando. Y si un día tienes poco tiempo, díselo, pero ten en cuenta sus necesidades. Le puedes decir: “Cuéntame lo que has dibujado y cuando termines, haré la comida”.
3) Establece límites. Establece algunas reglas razonables. Por ejemplo, si le dices a tu hij@ que tiene que comerse la merienda en la cocina, no le permitas que coma por toda la casa al día siguiente. O si le pides que ponga la ropa sucia en el cesto asignado para ello, después no le digas que no importa si la deja en el suelo.
Es importante que sepa que algunas reglas no se pueden cambiar. Es posible que tengas que repetir muchísimas veces las reglas que estableciste, antes de que las siga. Es recomendable que seas clara y persistente.
4) Fomenta riesgos saludables. Anima a tu hij@ a que explore algo nuevo, como probar comida diferente, hacer un nuevo amig@ o montar en bicicleta. Aunque siempre existe la posibilidad del fracaso, sin riesgos no hay oportunidades para el éxito.
Así que permite que tu hij@ experimente y trata de no intervenir mucho. Procura no “rescatarlo” si muestra frustración al usar un juguete nuevo. Si intervienes y le dices “deja que yo lo haga”, puedes fomentar su dependencia y dañar su autoestima. Su autoestima aumentará cuando exista un equilibrio entre tu necesidad de protegerlo con su necesidad de abordar nuevas tareas.
5) Déjalo que cometa errores. Lo más seguro es que tu hij@ cometa errores. Sin embargo, los errores también son lecciones valiosas para que tenga confianza en sí mism@. Por ejemplo, si pone su plato demasiado cerca del borde de la mesa y se cae, pregúntale qué puede hacer de manera diferente la próxima vez para que no suceda lo mismo. De esa forma su autoestima no sufrirá y comprenderá que es normal cometer errores de vez en cuando.
Cuando tú misma cometas un error, admítelo. Al reconocer tú tus propios errores, le estás enseñando a tu hij@ una poderosa lección, ya que eso le ayudará a aceptar sus propios errores con más facilidad.
6) Celebra lo positivo. A todas las personas les gustan las palabras de aliento. Haz un esfuerzo por reconocer, todos los días, las cosas buenas que hace tu hij@ y dilo en voz alta. Le puedes comentar a su papá: “José lavó todos las verduras para la cena”. El pequeñ@ no sólo disfrutará de tus palabras de aliento sino también de los comentarios positivos de su padre. Sé específica. En lugar de decir “¡Lo hiciste muy bien!”, di: “Gracias por esperar con tanta paciencia en la fila”.
Tu pequeñ@ tendrá la sensación de haber logrado algo y su autoestima se fortalecerá. Además sabrá exactamente qué fue lo que hizo bien.
7) Escucha con atención. Si tu hij@ te quiere decir algo, detente y escúchalo. Necesita saber que sus ideas, deseos y opinión importan. Ayúdalo a sentirse cómodo con sus emociones. Dile: “Comprendo que estés triste porque tienes que despedirte de tus compañer@s de clase”. Si aceptas sus emociones sin juzgarlo, reafirmas sus sentimientos y le demuestras que lo que dice es importante. Si compartes tus propios sentimientos, él expresará los suyos con más confianza.
8) No compares. Comentarios tales como "¿Por qué no eres como tu herman@?” o “¿Por qué no eres agradable como Pedro?”, simplemente le recordarán a tu hij@ sus defectos. Es probable que sienta vergüenza, envidia y presión por competir. Incluso comparaciones positivas como “Tú eres el mejor jugador/a”, son potencialmente dañinas porque a tu hij@ se le hará difícil alcanzar tu nivel de exigencia. Si le dices que lo aprecias por ser como es, será más probable que se valore a sí mism@.
9) Muéstrale empatía. Si tu hij@ se compara desfavorablemente con sus herman@s o amig@s ("¿Por qué no puedo botar bien la pelota como hace Sofía?”), demuéstrale empatía y señálale uno de sus puntos fuertes. Por ejemplo: “Tienes razón. Sofía bota muy bien la pelota. Y tú pintas muy bien”. Esto le puede ayudar a aprender que todos tenemos puntos fuertes y débiles, y que no tiene que ser perfecto para sentirse bien consigo mism@.
10) Ofrécele aliento. Todos los niñ@s necesitan apoyo de sus seres queridos. Es importante repetirle que crees en él/ella y animarle a seguir adelante. Dar aliento significa reconocer el progreso, y no sólo premiar un logro. Si tu hij@ tiene dificultades en abrocharse el pantalón, dile: “Estás poniendo todo tu empeño, ¡y casi lo logras!” en lugar de “No, así no. Déjame que yo lo haga”.
a un niñ@ que sólo es “buen@” si hace algo perfectamente. Dar aliento, por otro lado, reconoce el esfuerzo. Si le dices a tu pequeñ@: “Háblame de tu dibujo. Veo que te gusta el púrpura”, es mejor que “Es el dibujo más bonito que he visto”.
Demasiadas alabanzas pueden impactar de manera negativa su autoestima, ya que se sentirá presionad@ al esperar que otras personas aprueben sus tareas. Es recomendable que repartas las alabanzas juiciosamente y ofrezcas aliento sin límites. Eso ayudará a que tu hij@crezca con una alta autoestima.
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